Lo dicho, que somos los más llorones del muuuuunnndoooo. En esta instantánea, el Plátano "jinchándose" de llorar, una vez depositado el Señor antiguo en San Gil y Santa Ana, el Martes Santo de 1992.La foto forma parte de un magnífico reportaje sobre la Cofradía efectuado en blanco y negro - a propósito- por un joven aficionado a la fotografía: José Luis Pérez Chinchilla "Pincho"; hoy afamado óptico en la localidad de Arcos de la Frontera.
Nótese también que la hornacina de la Capilla de la Virgen aún está sin cubrir por el damasco blanco con el que la tapizó posteriormente Enrique Pi, presentado, por tanto, un aspecto similar al que tiene en la actualidad, tras la restauración.
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