En la Navidad de 1992 la Hermandad montó una macrocena en el Capricho en la que participaron más de 300 personas y hasta tres grupos de danza y cante. Allí probamos por primera vez el mítico Churrasco al Chimichirri, desde entonces imprescindible en la dieta de cualquier esperanzo que se precie. Entonces cenábamos por tres mil calillas y nos parecía caro.
Por cierto que, por vía correo electrógeno, me confirma Miguel Hurtado que esa noche se anunció a bombo y platillo por el HM Ángel Córcoles que se había aprobado por el Párroco Don Miguel Álvarez del Manzano la fusión con la Sacramental de San Gil y Santa Ana (el propio Párroco se lo comunicó a Miguel Hurtado, vocal de cultos, esa tarde). Sin embargo, por circunstancias posteriores, dicha fusión nunca llegó a materializarse.
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