VERDE ESPERANZA

lunes, 15 de diciembre de 2008

EL CONCILIO DE TOLEDO Y LA ESPERANZA

Foto: Fernando Daniel Fernández y José Velasco.

El X Concilio de Toledo fue convocado por el rey Recesvinto en el año 656.
A este Concilio no asistieron obispos de la Narbonense y Tarraconense.
El concilio se abrió el 1 de diciembre de 656. La asistencia total fue de diecisiete obispos (tres metropolitanos, el de Toledo, Eugenio II, el de Braga, Fructuoso y el de Sevilla, Fugitivo), más otros cinco obispos que estuvieron representados.
En el concilio se trataron diversos temas, y entre ellos las penas por el quebrantamiento del juramento de lealtad al rey por clérigos y laicos, estableciéndose que el culpable sería secularizado o exilado. En otro canon se hace referencia al alto precio injustificado de las ventas efectuadas por sacerdotes, de esclavos cristianos a los judíos. Los obispos declararon que los clérigos que en el futuro se dedicaran al comercio de esclavos cristianos con los judíos serían expulsados de la Iglesia. Se redactaron cánones relativos a la disciplina eclesiástica y se trataron dos asuntos internos de la Iglesia: la retirada del Obispo Potamio a un monasterio y el testamento del Abad de Dumium, Recimiro que había establecido un mayor número de legados de los que podía. Destacan entre los temas tratados ciertas irregularidades de los obispos tanto religiosas como civiles.
Por último, en este Concilio se procede por los Obispos a fijar la Fecha de la Expectación del Parto de María a 8 días antes de la Navidad; es decir, el 18 de diciembre. La Expectación del parto es una rememoración festiva, situación similar a la de la Anunciación de la Virgen (que al mismo tiempo es la encarnación del Verbo y la concepción de Jesús), por lo cual debería de celebrarse apoteósicamente el 25 de marzo con mucha solemnidad. Pero esta fiesta cae en Cuaresma, muchas veces en Semana Santa, incluso en Viernes Santo, por lo cual no es procedente la celebración de la encarnación del Verbo en una fecha destinada a la solemne conmemoración de “la triste memoria de su Pasión y de su Muerte, o el triunfo de su Resurrección gloriosa”. Lo anterior hizo que los obispos del Décimo Concilio de Toledo trasladasen esta fiesta al día 18 de diciembre “como a un tiempo únicamente consagrado a celebrar la encarnación del Hijo de Dios y la Divina maternidad de la santísima Virgen”. San Ildefonso, sucesor de san Eugenio en la silla de la iglesia de Toledo, y uno de los más devotos de la Madre de Dios, y muy celoso de su culto, confirmó este establecimiento, y fue quien le dio el nombre de Expectación del parto de la Virgen Santísima, para dar a entender a los fieles que "aunque en todo el Adviento deben pedir y desear fervorosamente con la Iglesia el nacimiento del Salvador; pero particularmente deben en estos ocho días aumentar sus deseos, sus votos, sus ansias, sus suspiros por el sagrado parto de la santísima Virgen”.
Nos dice el “Año Cristiano” que el Papa Gregorio XIII aprobó esta fiesta nacida en España, la cual pasó a Francia y luego a otras latitudes y se convirtió a la vez en una tradición de las mujeres embarazadas sin importar su condición social. También para ellas son ocho días de fiesta. El término expectación significa espera. Es, por lo tanto, la celebración de la espera del parto divino, acontecimiento que igualmente es llamada la fiesta de la O por el hecho de los grandes deseos que manifiesta la Iglesia durante estos ocho días de ver nacer al Salvador del mundo, y por los ardientes votos que hace y explica por medio de pasajes de las sagradas escrituras, también conocidas como antífonas, que comienzan todas con la letra O:
O Sapientia, O Adonai, O radix Jesse, O Clavis David, O Oriens splendor, O Rex gentium, O Emmanuel, las cuales concluirán con un Veni. Estas son entonces las Oes, “unas cortas pero ardientes súplicas, sacadas todas de los mas notables pasajes de la Escritura, por las cuales la Iglesia, entrando en el espíritu y en el sentido de los antiguos Patriarcas y de los mas santos Profetas, manifiesta, a imitación de estos santos personajes, los ardientes deseos que tiene de ver nacer de la santísima Virgen aquel divino Salvador, a quien Jacob llama la esperanza o expectación de las naciones, y el deseado de los collados eternos y el profeta Aggeo le llama el deseado de las naciones”. La guardia exultante del parto de la Virgen María, es el objeto de la fiesta del día 18 de diciembre, a la cual, como hemos dicho, san Ildefonso dio el nombre de Expectación. El sacerdote de la Compañía de Jesús Valeriano Ordóñez, en su obra “Los Santos noticia diaria”, nos indica que el recuerdo de la Anunciación y la Encarnación, fue promulgada en el X Concilio de Toledo, con la presencia de San Eugenio III de Toledo, San Fructuoso de Braga y San Ildefonso; y, aparte de ser conocida esta advocación mariana como de la Expectación del Parto y de la “O”, igualmente en España se le conoce como Nuestra Señora de la Esperanza.


“Una virgen concebirá y parirá un hijo, el cual se llamará Emmanuel. Oh Sabiduría, Venid á enseñarnos el camino de la prudencia. Oh Único, Venid, Señor, a redimirnos con la fuerza de vuestro poderoso brazo. Oh rayo de Jessé, Venid, hijo de David, a ponernos en libertad, y no tardéis. Oh Clavo de David, Venid, llave de David y rey de Israel, y sacad de la cárcel á los que gimen en las tinieblas y sombra de la muerte. Oh Esplendor de Oriente, Venid, luz del eterno día, Sol de justicia, y disipad las tinieblas en que vivimos. Oh Rey del mundo, Venid, Rey de las naciones, y salvad al hombre que formasteis de la tierra; finalmente, Oh Emmanuel, Venid, Manuel, Dios grande, que queréis venir a habitar con nosotros, venid a salvarnos, pues sois nuestro Señor y nuestro Dios”. Santa Biblia. Año Christiano (1854)

2 comentarios:

  1. Manolo creo que este es una de las mejores entradas que has publicado hasta el día de hoy.Ahora bien, en esta semana que la mayoría de nuestros hermanos esta leyendo el MARCA por la derrota del Madrid, tú sabes que va a costar...alguno te va a preguntar ¿ que te está pasando Manolo? , bromas a parte una auténtica lección.

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  2. Bueno, digamos que sería una lección si yo hubiera escrito todo esto, sin embargo, lo cierto es que es un resumen en corta-pega del contenido de varias web católicas, de tal manera que, nada de lecciones, soy un mero cortapegador, jjajajjajaja
    Abrazos.

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