DETALLES DEL PASO DE PALIO I

LA RUEDA DE SANTA CATALINA (MANTO)

Inauguro con ésta una nueva serie de entradas en las que me he propuesto desgranar brevemente los innumerables detalles y símbolos que aparecen en los elementos que componen el bello Paso de Palio de Nuestra Madre cuya contemplación, con razón, se ha dicho en muchas ocasiones que constituye toda una experiencia catequética.

En concreto, en esta primera entrada os traigo a colación las dos ruedas de Santa Catalina que aparecen bordadas en oro en el Manto de la Santísima Virgen, a la altura de los hombros de la Sagrada Imagen. Representan el elemento con el que fue martirizada la Santa virgen, nacida en el siglo III en Alejandría.

El relato de su martirio es el siguiente: El Emperador Maximiano acudió a Alejandría para presidir una gran fiesta pagana. Catalina aprovechó esta ocasión para intentar la conversión del Emperador al cristianismo, lo que despertó su cólera. Para ponerla a prueba le impuso un debate filosófico con cincuenta sabios a los que trataría de convertir. La víspera de dicho debate, que versaría sobre el creador del mundo y las leyes que lo rigen, se le apareció un ángel diciéndole que no temiese. Catalina logró convencer a todos los presentes en dicho debate, lo que provocó la ira del Emperador, que hizo ejecutar a los sabios. El Emperador ordenó, entonces, que torturaran a Catalina utilizando para ello una máquina que tenía unas ruedas de molino guarnecidas con clavos. Milagrosamente las ruedas se rompieron al tocar el cuerpo de Catalina. Obstinado, Maximiano ordenó su ejecución y fue decapitada. Su tumba se halla al pie del Monte Sinaí, en el monasterio ortodoxo que lleva su nombre, dando motivo a peregrinaciones de todo el mundo; especialmente apreciada por los peregrinos de Tierra Santa. La leyenda narra que los monjes del monasterio construido a los pies del Monte Sinaí descubrieron en una gruta de la montaña el cuerpo intacto de una joven a la que reconocieron como a Catalina de Alejandría cuyo cuerpo habría sido depositado allí por los ángeles. Durante las Cruzadas la leyenda de Catalina se difundió por todo el Occidente dando motivo a una gran devoción que inspiró, incluso, a los artistas que representan a la Santa con una aureola tricolor: blanca, simbolizando su virginidad; verde por su sabiduría y roja por su martirio. La rueda que se utilizó para su suplicio está, casi siempre, representada detrás de ella.

Como podemos apreciar en las imágenes que os acompaño, en el manto de la Santísima Virgen aparece la rueda del martirio de la Santa virgen y un querubín de marfil. Estos querubines representan a los ángeles que continuamente alaban las obras de Dios, según visión de Ezequiel y comentario de San Jerónimo.

Es evidente que Santa Catalina presenta acusados paralelismos con María: la virtud de la virginidad, la aparición de un ángel, la sabiduría y capacidad de convencimiento, etc. Por ello, este símbolo cobra plena expresión e importancia en el manto de la Stma. Virgen.

Fotos: Fernando Daniel Fernández y José Velasco.