EL PROFETA DANIEL (MANTO)
Según miramos a la greca del manto por el costero izquierdo del Paso, nos encontramos con esta bella pintura al óleo de la artista malagueña Maribel Lozano que, quizás, alguno pueda pensar que refleja a San Mamés por aquello de los leones. Nada más lejos de la realidad, ni San Mamés ni Ángel Cristo. Se trata del Profeta Daniel, representado en este caso por un señor con barba rodeado de tres leones muy dóciles. Si nos fijamos bien (ponerse las gafas), en el fondo de la escena se encuentra una gigantesca montaña de la que se desprende una gran roca. Igualmente, es necesario reparar en que el Profeta está mirando al cielo y señalando algo con su dedo índice.
Pues bien ¿qué significado tiene esta escena y que estaba maquinando y/o discurriendo en ese momento la mente del ideólogo de este gran Manto, Manolito Amador?
Veréis..... en el Capítulo 2 de su libro (versículos 4-5), Daniel, interpretando uno de los sueños de Nabucodonosor, profetiza que una "gran piedra" se desprendería de una "montaña no cortada por mano humana" y destruiría "al ídolo con pies de barro y cuerpo de hierro, cobre, plata y oro", convirtiéndose en una gran montaña que ocuparía toda la tierra. Es decir, con esta bellísima y simbólica metáfora, Daniel profetiza, nada más y nada menos que en el Siglo VI a.C., la venida del Reino de Cristo; el Misterio de la Encarnación. La Piedra desprendida es Cristo y la Montaña no cortada por mano humana es María, concebida sin pecado original. Además, Daniel, defendió ya en su juventud la inocencia de la casta Susana; quien prefirió ser tomada por adúltera y, por tanto, ajusticiada, antes que faltar a la virtud de la castidad. Nótese en este caso también el paralelismo de Susana con María, al decir sí a Dios, aún a pesar de lo que humanamente se le podía avecinar (como recogen también nuestros respiraderos en la escena en que José decide en un primer momento repudiar a María en secreto).
Pero, ¿¿¿por qué los leones??? y ¿¿¿Por qué el Profeta mira hacia arriba? Normalmente, en la historia del arte al Profeta se le suele representar rodeado de leones, en la medida que bajo el tiempo del sátrapa "Darío el medo", Daniel fue denunciado por orar a diario, obviando el edicto decretado por aquél para que nadie hiciera petición alguna a Dios o autoridad que no fuera él mismo durante el término de un mes. El castigo recibido consistió en ser arrojado a un foso repleto de leones, pero, milagrosamente, ninguno de ellos le atacó y, a la mañana siguiente, fue rescatado indemne. Por otra parte, en la pintura del Manto, Daniel mira arriba porque...... ahí arriba, en el techo del Palio, está reflejada la Encarnación, en la maravillosa escena que bordara en 1957 la genial Trinidad Morcillo Raya.
Por cierto que este óvalo de Daniel viene timbrado por hoja de laurel, siguiendo la línea del Imperio Romano y está cruzado por dos cetros reales, simbolizándose así que toda la historia se postra ante los Misterios de Dios.
Villegas, ahora vas y lo cascas.
Foto: Fernando Daniel Fernández y José Velasco
