LEALTAD

LEALTAD (según el DRAE): 1. f. Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien.

Qué difícil es toparnos hoy en día con la "lealtad"... Falta lealtad en el matrimonio y en la familia. Falta lealtad en las relaciones profesionales. Falta lealtad en las relaciones de amistad. Falta lealtad a la Ley, a la Patria, a la Corona, a los principios y valores de siempre...
Por eso, es tan reconfortante la Función de Aniversario de nuestra Hermandad. Porque, cada año, podemos contemplar, una vez más, ejemplos vivos de lealtad a Cristo y a María, así como a una Institución; en este caso, a nuestra Hermandad de la Esperanza, bien durante 50 años, bien durante 25.
Ver las fotos que os acompaño es todo un ejercicio de confirmación de que aún valores como el catolicismo puro, la lealtad, la fidelidad y el amor a una Hermandad están plenamente vigentes en nuestra Semana Santa.
Desgraciadamente, sus ejemplos contrastan con el de aquel exhermano que, con la excusa de un lazo blanco, se da de baja de la Hermandad y escribe una carta al periódico explicando los motivos. Mire Vd., señor exhermano, ser cofrade es difícil. Desde luego, no es un camino de rosas. Se pasan algunos momentos buenos y muchos malos. Hay veces que uno no puede estar de acuerdo con el criterio de la Hermandad o de sus dirigentes y, sin embargo, sólo la lealtad y el amor a Cristo y María nos hacen perseverar, perdonar y/o rectificar. Pero en su caso, jamás ví un ejemplo más claro de hipocresía y fariseísmo en un texto escrito por un excofrade. ¿Qué esperaba Vd. de su Hermandad? ¿En qué peña gastronómica se pensaba Vd. que militaba?
Le digo una cosa: Tanta paz lleve Vd. como descanso deja, porque le aseguro que el hueco que Vd. deja ya ha sido ocupado por alguien que será educado por sus padres, también esperanzos, en el amor a Cristo y María, en la lealtad y fidelidad a una Hermandad, incluso, por encima de ideologías personales, y, además, en la valentía en la defensa del respeto a la vida. Y, algún día, si Dios quiere, será una persona de honor, un hombre o una mujer de bien y lucirá con orgullo una insignia en la solapa que Vd., señor, no merece.
SIEMPRE ESPERANZA.

(Pd. Por cierto, exhermano, roguemos al Señor porque, si algún día se aprueba la Ley de las narices, su hija de 16 años no decida abortar sin su permiso. Entonces, a lo mejor se acuerda Vd. de aquel lazo blanco prendido al varal de su Virgen...)

Fotos: Lydia Reguero.